sábado, 11 de septiembre de 2010

DICHOS CHINOS III

La puerta mejor cerrada es aquella que puede dejarse abierta.

No creas en el llanto de un heredero, muy a menudo no es más que una risa disimulada.

Azotando el cuerpo de la mujer se ajusta su virtud.

Cuando el hombre ha agotado las mentiras, encuentra la verdad en el nuevo saco.

La mejor forma de vengarse de un malvado es no parecerse a él.

No enciendas un fuego falso frente a un dios verdadero.

Semilla no sembrada no produce nada.

Con arcilla haces un jarrón: de su interior vacío surge su utilidad.

Un viaje de mil kilómetros se empieza moviendo un pie.

Una casa de nueve pisos se empieza con un terrón de tierra.

El amor es una flor demasiado preciosa para ser cortada.

Mejor caminar con quien se ama que descansar con quien se odia.

El hombre que ama la violencia morirá violentamente.

Una casa sin amor es como una chimenea sin fuego, una casa sin la voz de un niño es como un jardín sin flores, la boca de la mujer amada sin la sonrisa es como una lámpara sin luz.

Quien más ama más gasta; quien mucho acumula mucho pierde.

Vive de forma que no hagas daño a nadie, he aquí la aspiración suprema.

La flor caída no vuelve a la planta.

La confianza en la vida se encuentra cuando el espíritu se siente profundamente tranquilo.

A la rana no le gusta que se sepa que fue renacuajo.

¿Tienes té y vino? Tus amigos serán numerosos.

Hay que mantener firme y custodiado nuestro corazón, si se deja ir puede perder la cabeza.

El amor empieza con los ojos y termina con la costumbre.

Si se ama una cosa y se la ve con los ojos del corazón, se olvidará su fealdad.

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