sábado, 11 de septiembre de 2010

DICHOS CHINOS I

Si tu problema tiene solución, ¿para qué te preocupas? Si tu problema no tiene solución, ¿para qué te preocupas?

No rompas el silencio si no es para mejorarlo.

El sabio no dice lo que sabe y el necio no sabe lo que dice.

La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?

El sabio convive con la gente sin criticar; el necio critica sin convivir.

Cuando el dinero habla, la verdad calla.

A veces los buenos nadadores se ahogan, y los mejores jinetes caen del caballo.

Cuando un perro ladra a una sombra, diez mil perros hacen de ella una realidad.

El sabio dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice.

Si te sientas en el camino, ponte de frente a lo que aún has de andar y de espaldas a lo ya andado.

Jamás se desvía uno tan lejos como cuando cree conocer el camino.

Si te caes siete veces, levántate ocho.

Aquel a quien amamos no tiene defectos; si le odiáramos, carecería de virtudes.

La sabiduría consiste en saber que se sabe y saber que no se sabe lo que no se sabe.

Un hombre feliz es como un barco que navega con viento favorable.

Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.

La violencia es el refugio de las mentes pequeñas.

Después de vivir largo tiempo juntos, los animales acaban por amarse y los hombres por odiarse.

Nunca, nunca jamás, dijo una cosa la Naturaleza y otra la Sabiduría.

El perro en la perrera se rasca las pulgas; el perro que caza no las siente.

Con tres copas de vino ya se puede elegir una doctrina.

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