sábado, 12 de diciembre de 2009

"El Encuentro con el Aikido"

Esta nota fue escrita por mi "hermano mayor" en AM el Instructor Edgar Nuñez en los 90´s. Es practicante tanto de Kempo como de Aikido.

Teníamos el proyecto de sacar una revista de AM por ese entonces, este articulo era para dicha revista, la cual publico aquí después de varios años.

"El Encuentro con el Aikido

En una sociedad actual donde no se sabe que es lo que va a suceder mañana, se está dejando de lado las costumbres y tradiciones; existen tantas posibilidades para nuestros jóvenes y niños, que el deseo de brindarles seguridad y comodidad, sin que ellos coloquen ningún esfuerzo, nos está llevando a muchos a formar personas a quienes no les preocupa mas que su bienestar.

Si a todo esto sumamos la influencia de los diferentes medios de comunicación social, especialmente la televisión donde se puede apreciar la tendencia hacia la individualismo cada vez mayor, se busca derrotar al adversario, surgir por encima de los demás, no importando el daño que se pueda causar, sea este físico, moral, económico, social, etc., tendremos como resultado ciudadanos desligados de sus raíces sociales y culturales, individuos egoístas, que buscaran el triunfo a cualquier precio y sin sentido humanitario.

Es bueno saber, que no todos los caminos hacia un mejor futuro están cerrados y entre ellos esta el Aikido, que nos brinda la posibilidad de realizarnos, de encontrar nuestras cualidades naturales, de respetar y amar al prójimo, de desechar las disputas y la violencia, de hacernos comprender que la nobleza está en servir y ayudar a los demás, para que vivamos en armonía, respetando a la naturaleza y al ser humano como tal.

Edgar Nuñez"

jueves, 10 de diciembre de 2009

DIALOGO ENTRE UN MAESTRO Y UN DISCIPULO

- Dime Señor ¿Cómo debo hacer para obtener victorias?
- Lucha por algo justo, piensa en vencer y no temas la derrota.

-¿Qué hago con el miedo si llego a experimentarlo?
- La quietud de la consciencia, quita el horror de los peligros y mejora...el desprecio por la muerte.

- ¿Qué hago para ser poderoso?
- Ser dueño de ti mismo solamente.

- ¿Maestro, tu tienes experiencia, de que te sirve?
- La experiencia es como un farol en la espalda, sólo alumbra el camino recorrido.

- ¿Ser modesto en que puede favorecerme?
- Son contadas las almas tan grandes que comprenden el valor de ser pequeñas.

- ¿Si algun dia llego a sentirme superior?
- Ese dia levanta los ojos y verás que no eres el punto más alto.

- De que me debo cuidar honorable Maestro?
- De ti mismo, de no traicionarte, no te dejes llevar por tus pasiones (ni ardientes, ni violentas, ni precipitadas) ni por tus efectos de animo, sigue a tu espiritu, agranda tu valor y acrecienta tus energías en plan de práctica.

- ¿De alguna cosa más?
- De joven cuidate de pelear; cuando seas fuerte, cuidate del sexo, del mundanismo y de la alienación, y cuando seas viejo, cuidate de las posesiones. Si dominas tus pasiones dominarás tu mente; dominando tu mente, dominarás tu pensamiento; al dominar tu pensamiento, dominarás tu consciencia; si manejas el alma...someteras tu cuerpo a la verdad.

- Camina siempre por el sendero de la luz, siendo libre podras liberar a los demás.

- ¿Si me aparto de un mal discípulo debo sentirme superior?
- ¡No! recuerda que aún en la mayor humildad, los seres sabios tienen un lugar muy apartado de los necios.

-
¿Por qué sabio Señor, no lamentas tu juventud?
- Pienso que si de noche lloras porque el sol se oculta, las lagrimas te impedirán ver las estrellas.

-
¿Las Artes Marciales se crearon para dominar?
- ¡No! Se crearon para vencerse a uno mismo, para el progreso espiritual e integral del hombre. No olvides que la fuerza es el dominio de las bestias.

-
¿Señor, debo destruir a mi rival cuando pelee con él?
- Tu rival eres tu mismo, venciendote a ti mismo, eres el más grande vencedor. No debes entrenar para hacer daño. Además siempre que quieras dañar a otro, el daño te lo haces a ti mismo.

-
¿De qué me sirve entrenar si tú no me dejas usar lo que me has enseñado?
- Yo no te prohibo nada, solo te señalo el Camino.