- Lucha por algo justo, piensa en vencer y no temas la derrota.
-¿Qué hago con el miedo si llego a experimentarlo?
- La quietud de la consciencia, quita el horror de los peligros y mejora...el desprecio por la muerte.
- ¿Qué hago para ser poderoso?
- Ser dueño de ti mismo solamente.
- ¿Maestro, tu tienes experiencia, de que te sirve?
- La experiencia es como un farol en la espalda, sólo alumbra el camino recorrido.
- ¿Ser modesto en que puede favorecerme?
- Son contadas las almas tan grandes que comprenden el valor de ser pequeñas.
- ¿Si algun dia llego a sentirme superior?
- Ese dia levanta los ojos y verás que no eres el punto más alto.
- De que me debo cuidar honorable Maestro?
- De ti mismo, de no traicionarte, no te dejes llevar por tus pasiones (ni ardientes, ni violentas, ni precipitadas) ni por tus efectos de animo, sigue a tu espiritu, agranda tu valor y acrecienta tus energías en plan de práctica.
- ¿De alguna cosa más?
- De joven cuidate de pelear; cuando seas fuerte, cuidate del sexo, del mundanismo y de la alienación, y cuando seas viejo, cuidate de las posesiones. Si dominas tus pasiones dominarás tu mente; dominando tu mente, dominarás tu pensamiento; al dominar tu pensamiento, dominarás tu consciencia; si manejas el alma...someteras tu cuerpo a la verdad.
- Camina siempre por el sendero de la luz, siendo libre podras liberar a los demás.
- ¿Si me aparto de un mal discípulo debo sentirme superior?
- ¡No! recuerda que aún en la mayor humildad, los seres sabios tienen un lugar muy apartado de los necios.
- ¿Por qué sabio Señor, no lamentas tu juventud?
- Pienso que si de noche lloras porque el sol se oculta, las lagrimas te impedirán ver las estrellas.
- ¿Las Artes Marciales se crearon para dominar?
- ¡No! Se crearon para vencerse a uno mismo, para el progreso espiritual e integral del hombre. No olvides que la fuerza es el dominio de las bestias.
- ¿Señor, debo destruir a mi rival cuando pelee con él?
- Tu rival eres tu mismo, venciendote a ti mismo, eres el más grande vencedor. No debes entrenar para hacer daño. Además siempre que quieras dañar a otro, el daño te lo haces a ti mismo.
- ¿De qué me sirve entrenar si tú no me dejas usar lo que me has enseñado?
- Yo no te prohibo nada, solo te señalo el Camino.
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